Cuando nos llega a la mente la idea de viajar, para muchos significa planear, decidir con tiempo, buscar asesoría con los expertos para tener un excelente viaje y esperar impacientemente el día de sus merecidas vacaciones, aunque para otros viajar solo significa tener la idea en mente, buscar por internet y lanzarse a la aventura.
No dudo que existan personas que tengan excelentes historias y anécdotas viajando de esta manera tan aventurada, pero por experiencia, son contados, en su mayoría, que estando en su viaje se encuentran con “sorpresas” que empañan su estancia.
En este blog, les vamos a contar una historia que nos demuestra la importancia de acercarse con un experto y planear tu viaje, para evitar malos momentos que arruinen tu viaje.
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Corría el año 1981, en el mes de Marzo, y el fotógrafo estadounidense Carl McCunn, de 35 años, le pagó a un piloto para que lo lleve en avión a una zona silvestre al norte de Alaska, a orillas del río Coleen River. Se había hecho conocido por fotografiar la vida silvestre y se iba a internar en el medio de la nada unos meses para seguirlo haciendo.
Para su viaje llevó 500 rollos de fotos, unos 640 kg. de provisiones, dos rifles y una escopeta, además de sus efectos personales y un cuaderno para escribir a modo de diario lo que le iba pasando.
Su gran error fue no arreglar con el piloto una fecha de vuelta. Sabía que quería volver por Agosto, pero nunca contrató al avión para volver en esa fecha… ni en ninguna fecha.
En una historia que roza lo increíble, el hombre estuvo sobreviviendo como pudo algunos meses hasta que en Agosto vio una avioneta sobrevolando la zona y levantó un brazo pidiendo ayuda.
Como si su desdicha no fuera ya suficiente, levantar una sola mano es un indicador (entre las señales de ayuda del lenguaje aéreo) de que no hay problemas. Para que el piloto entienda que estaba pidiendo ayuda tendría que haber levantado las dos.
El tiempo fue pasando y él fue escribiendo su diario con lo que le pasaba. Por ese mismo diario nos enteramos hoy estas cosas, ya que habiendo soportado temperaturas de hasta 20º bajo cero, llagas por su cuerpo a causa del frío, y quedándose ya sin poder conseguir comida, el hombre escribió su última entrada:
“No puedo seguir así, lo siento.
Señor que estás en los cielos, te pido que perdones
mi debilidad y mis pecados.
Cuida de mi familia“
Y después de dejar eso por escrito se suicidó con su propio rifle.
Al cuerpo, junto con esa especie de “blog analógico” que fue su diario, lo encontraron en Febrero de 1982, sólo unos meses después de morir, y a sólo 100 kilómetros de una pequeña ciudad llamada Fort Yukón. 100 kilómetros que pudo haber caminado para salvarse (tuvo el tiempo suficiente), pero que por algún motivo no caminó (desconocimiento de la situación o falta de orientación).
Una de las últimas frases de su diario decía:
“Creo que debí haber planeado este viaje con un poco más de previsión.” (1)
Probablemente sea una historia fantasiosa, pero es real. Lo importante de ella es que nos demuestra como el desconocimiento del lugar que visitamos, la falta de planeación y la aventura, nos ciegan un poco y al final, lejos de tener un excelente viaje, tenemos problemas.
Hay quienes piensan que acercarse con un agente de viajes es caro, sin embargo, no es así, existen muchas agencias de viajes que te pueden brindar un excelente servicio, y precios adecuados a tu presupuesto, no es necesario contar con una fortuna para poder viajar, solo acércate con un asesor de viaje, exponle tus dudas y lo que deseas de tu viaje, verás que tendrás una grata experiencia acudiendo con los expertos.
Que la ansiedad, el miedo a pagar caro, la aventura y las ganas de viajar no nos hagan olvidar la importancia de PLANEAR TU VIAJE…Ven a Viatge y planea tu próxima experiencia.
(1) http://www.mequieroirdeviaje.com/la-importancia-de-planear-un-viaje/
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